lunes, 1 de agosto de 2016

1 de Agosto de 2016. Llegamos a Sagada

Tras nuestra escala técnica en Baguio nos dirigimos al Norte en busca de las montañas de "La Cordillera" donde habitaban las tribus ancestrales de Filipinas y de los que quedan ritos, costumbres y lugares que debemos conocer y Sagada es uno de esos sitios que no nos podemos perder.

Salimos desde la estacion de Baguio y empieza a llover

La Cordillera es uno de esos tantos nombres españoles que nos encontramos en un país que fue colonizado por España durante 300 años y Sagada cuyo nombre fue creado por los españoles por los que segaban el arroz es un ejemplo de ello.

El viaje en autobús es largo, 6 horas y el vehículo es viejo y rudimentario aunque sube bien las empinadas cuestas de los continuos puertos de montaña que vamos atravesando. No paramos de subir y en las dos primeras horas la niebla impide ver lo que se intuía que eran escalofriantes terraplenes de varios cientos de metros de altura y aunque parece increíble y en contra de los pronósticos, el tiempo va mejorando y las nubes van dejando huecos que nos permiten ver los espectaculares paisajes con enormes montañas y preciosas terrazas de arrozales que nos van acompañando a lo largo del trayecto.


Nuestro "moderno autobus"

Obviamente yo no duermo porque estoy haciendo la foto pero Marta lo intenta.. Difícil con tanta curva...

Nuestro autobús, que sale a las 9 da servicio a toda la region y la gente va subiendo y bajando allí donde lo pide por lo que durante nuestro recorrido realiza decenas de paradas aunque creo que los únicos que hemos hecho el trayecto completo hemos sido Marta y yo y por supuesto éramos los únicos extranjeros.

Cuando empiezan a levantarse las nubes podemos ver los primeros paisajes

Desde la ventana del bus no es posible aburrirse

Rio Chico, ya cerca de Sagada

Primeras terrazas de arroz, hay que aprovechar las laderas

A las 15 horas hemos llegado a Sagada, un pequeño pueblo que cuenta con una cierta infraestructura para mochileros aunque ahora en la estación de las lluvias es temporada baja y somos muy pocos los visitantes. 

El pueblo tiene menos de 3.000 habitantes

Buscamos alojamiento y encontramos el Masferrė Inn que pinta bien en donde no funciona el wi-fi, algo bastante habitual en estas montañas.

Decidimos relajarnos dando una vuelta por sus calles y disfrutando de un masaje que nos habíamos ganado el día de ayer.

En nuestro paseo se nos une parte de la población local....

Mañana nos dedicaremos a ver los alrededores y sus famosas cuevas y ataúdes colgantes, hoy tocaba irse a dormir pronto.

Vista desde las calles de Sagada

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