Santiago's Church
Se trataba de una ceremonia sencilla y es que aquí no se le da el boato que tiene este sacramento en España y tan sólo es una misa especial en la que toma por primera vez la comunión, sólo para los familiares más próximos. Oír la misa en este idioma es curioso ya que todos los nombres como Dios, Espíritu Santo, etc., son en castellano ya que estas palabras no existían antes de la colonización y por tanto utilizan las que aprendieron entonces.
Tras la misa hemos ido a la finca de nuestros amigos, en la ladera del volcán activo Mt. Iriga, que cuando erupciona no arroja lava sino vapor de agua y piedras. En el mismo terreno se pueden ver esas piedras, algunas de tamaño más que considerable. Obviamente si empieza a rugir el volcán convendría alejarse unos cuantos kilómetros. De nuevo no hemos podido ver el volcán por culpa de las densas nubes que lo rodean... a ver si hay más suerte mañana.
Una vez en la finca hemos esperado al cura que ha bendecido todo lo bendecible. Un hombre afable y simpático. Todos portábamos unas pequeñas velitas encendidas mientras seguíamos los pasos del párroco.
Después Paulina nos ha enseñado los alrededores y algunas casas y rincones con anécdotas de su juventud aquí.
Quedaba mucho para la hora de la comida aunque aquí suelan hacerla alrededor de las 12 del mediodía. Pero aún eran las 9, así que Paulina nos ha llevado al hotel y luego yo me he dado una vuelta por las calles aledañas y he aprovechado para hacer pequeñas compras y cambiar dinero. Esto último no ha sido posible porque al no ser turístico ni una gran ciudad sólo cambiaban dólares, así que he sacado unas pesos en el cajero automático. Hasta ahora nunca he tenido problemas para cambiar euros, tan sólo es un caso aislado.
A las 11,30 recibimos él mensaje "empezamos a comer..." por lo que en 15 minutos nos hemos plantado en la casa a bordo de un flamante triciclo.
La comida, hecha por todos los vecinos y obviamente la familia, ha sido una típica comida filipina con arroz, noodles, pinchitos de pollo, cerdo y otras cosas más que no sé que son pero que estaban deliciosas.
Los vecinos preparaban la comida... en estos actos toda la comunidad contribuye. Como en los viejos tiempos...
Es especialmente llamativo y brillante la forma que tienen de mantener helados los bloques de hielo. Tienen un montón de arena volcánica y sencillamente cubren el hielo con una pala y pese al tórrido calor se mantiene sin perder una gota.... increíble!!! Luego sólo hay que ir sacando trozos, enjuagarlos y picarlos.
Por la tarde, volvemos a la ciudad, damos una vueltecita, un masaje que Marta no perdona y cena temprana antes de que nos cierren los restaurantes, porque además hoy hay que irse pronto a dormir. Ya son muchas horas las que han pasado desde que ha sonado el despertador esta mañana
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