Bontoc, como Sagada, es un pueblo pequeño pero con más actividad por ser un cruce de caminos. Al llegar nos hemos ido directamente a la Oficina de Turismo para que nos ayudarán a buscar un transporte para visitar las aldeas cercanas y llevarnos luego a Banaue y tras bastante negociación lo hemos conseguido a un precio más que razonable. Mientras buscaban nuestro transporte hemos aprovechado para visitar el Museo del pueblo donde hemos podido conocer un poco más las costumbres de las antiguas tribus que habitaban la provincia de Ifugao donde desde hace más de 2000 años están cosechando arroz en terrazas
A unos 10 kilómetros y 30 minutos de ascenso por un nuevo puerto de montaña hemos llegado a un punto donde acababa la carretera entre impresionantes terrazas de diferentes colores según la fecha de la siembra e incluso porque ha empezado ya la cosecha en muchas de ellas.
Lo más sorprendente ha sido visitar el pequeño pueblecito al que solo se podía acceder a través de las terrazas de arroz. Yo ya había visto muchas en Vietnam o Indonesia, pero hasta ahora nunca había andado por sus bancales.
Este es el ultimo punto al que puedes acceder con un vehículo... A partir de entonces hay que cruzar los arrozales
Es increíble que a un pueblo como éste sólo se pueda acceder andando y para ello tener que atravesar casi un kilómetro de campos de arroz por un camino de no más de medio metro de anchura.
Este camino deben recorrerlo para llegar o salir del pueblo. Hay que hacerlo con cuidado, yo hundí un pie en el fango!!
Efectivamente en el pueblecito no hemos visto una moto, ni siquiera una bicicleta... Hemos visto gente, en general de bastante edad que viven del arroz. En general son gente mayor y curiosamente, ante las estrechez de las calles y el aprovechamiento de los terrenos para cultivar, las fosas de sus muertos están en plena calle sin más remedio que pasar por encima de ellas para moverte por sus calles. Aquí también me ha llamado la atención que los nombres de las fosas no eran de origen hispánico ya que todos sus habitantes son de origen tribal.
A todo ésto, como de ninguna forma esperábamos tener que atravesar estos campos, aparte de sudar la gota gorda subiendo y bajando bancales, nos hemos casi quemado brazos y cuello y es que hoy ha salido un día soleado y caluroso pese a que estábamos a más de 1.000 metros de altura.
Esta señora, de más de 80 años, trabajaba en el camino y hemos tenido que pasar tras ella como hemos podido
De vuelta para comer a Bontoc, nos han llevado a un pequeño y sencillo estarán te donde curiosamente tenían varios platos españoles en y nos hemos comido una tortilla de patata y cebolla que francamente no estaba nada mal.
Teníamos que ir a ver alguna aldea más, pero el calor y nuestros cuellos rojos como tomates han recomendado que le pidiéramos al guía que nos llevase a nuestro próximo destino, Banaue, y por el camino ya pararía,os a hacer alguna que otra foto.
Los poco más de 40 kilómetros que separan Bontoc de Banaue transcurren junto al río y rodeados de terrazas de arroz, algunos de los bancales en la misma carretera. Sencillamente espectacular. Las casi dos horas de camino han pasado volando viendo tan impresionantes paisajes. Es curioso que el arroz lo ponen a secar en la carretera y los vehículos se apartan sin ningún problema y es que realmente no hay más sitio para ponerlo... hasta el último hueco de terreno se utiliza para cosechar.
Los poco más de 40 kilómetros que separan Bontoc de Banaue transcurren junto al río y rodeados de terrazas de arroz, algunos de los bancales en la misma carretera. Sencillamente espectacular. Las casi dos horas de camino han pasado volando viendo tan impresionantes paisajes. Es curioso que el arroz lo ponen a secar en la carretera y los vehículos se apartan sin ningún problema y es que realmente no hay más sitio para ponerlo... hasta el último hueco de terreno se utiliza para cosechar.
Banaue es la población que tiene las terrazas más famosas, de hecho, en muchos sitios he leído que las terrazas de Ifugao son la Octava Maravilla del Mundo y las de Banaue las más conocidas. Mañana las veremos, aunque nuestra desde nuestra Guesthouse las tenemos a pocos metros.
Así que a mitad tarde nos hemos ido a echar un viztazo al pueblo y de paso comprar cremas que remedien nuestros males. Para subir hasta el centro del pueblo hay que andar unos 10 minutos cuesta arriba, así que a la vuelta hemos utilizado el puente colgante para personas que no ofrece muchas garantías de seguridad...
Así que a mitad tarde nos hemos ido a echar un viztazo al pueblo y de paso comprar cremas que remedien nuestros males. Para subir hasta el centro del pueblo hay que andar unos 10 minutos cuesta arriba, así que a la vuelta hemos utilizado el puente colgante para personas que no ofrece muchas garantías de seguridad...
Hemos cenado bastante bien en la Guesthouse y nos hemos planificado los próximos días, reservando un vuelo y un hotel en la isla de Bohol, pero eso ya será pasado mañana.
Con tanto arroz habrás preparado una buena paellita, igual montamos un restaurante valenciano, ¡digo yo que el arroz estará barato!
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