miércoles, 3 de agosto de 2016

3 de Agosto de 2016. Bontoc. Pueblos aislados entre terrazas de arroz

Nos hemos levantado pronto para desayunar y preparar las mochilas para el traslado de hoy. Solo han sido 40 minutos de "jeepney" para recorrer los 20 kilómetros que lo separan de Sagada pero son un puerto detrás de otro... Ha sido la primera vez que hemos utilizado este medio de transporte y aunque íbamos algo apretados, no ha estado mal, sobretodo si lo comparamos con los otros jeepneys que normalmente llevan gente en el techo e incluso colgados por detrás.

Este es nuestro jeepney. No es muy espectacular. La mayorua tienes muchos colores y dibujos

Bontoc, como Sagada, es un pueblo pequeño pero con más actividad por ser un cruce de caminos. Al llegar nos hemos ido directamente a la Oficina de Turismo para que nos ayudarán a buscar un transporte para visitar las aldeas cercanas y llevarnos luego a Banaue y tras bastante negociación lo hemos conseguido a un precio más que razonable. Mientras buscaban nuestro transporte hemos aprovechado para visitar el Museo del pueblo donde hemos podido conocer un poco más las costumbres de las antiguas tribus que habitaban la provincia de Ifugao donde desde hace más de 2000 años están cosechando arroz en terrazas

Centro de Bontoc. Mucha actividad en sus calles

A unos 10 kilómetros y 30 minutos de ascenso por un nuevo puerto de montaña hemos llegado a un punto donde acababa la carretera entre impresionantes terrazas de diferentes colores según la fecha de la siembra e incluso porque ha empezado ya la cosecha en muchas de ellas.

Bontoc desde lo alto de la montaña en nuestro camino hacia las aldeas


Aqui empieza nuestro original e inesperado trekking arrocero


Las primeras fotos ya parecen postales..

Perfectas terrazas milenarias

Ha sido muy difícil escoger fotos entre las tantas que hemos tomado

Lo más sorprendente ha sido visitar el pequeño pueblecito al que solo se podía acceder a través de las terrazas de arroz. Yo ya había visto muchas en Vietnam o Indonesia, pero hasta ahora nunca había andado por sus bancales.

Este es el ultimo punto al que puedes acceder con un vehículo... A partir de entonces hay que cruzar los arrozales

Es increíble que a un pueblo como éste sólo se pueda acceder andando y para ello tener que atravesar casi un kilómetro de campos de arroz por un camino de no más de medio metro de anchura.

Este camino deben recorrerlo para llegar o salir del pueblo. Hay que hacerlo con cuidado, yo hundí un pie en el fango!!

Ya estábamos cerca...

Atravesando el tranquilo pueblecito..

Efectivamente en el pueblecito no hemos visto una moto, ni siquiera una bicicleta... Hemos visto gente, en general de bastante edad que viven del arroz. En general son gente mayor y curiosamente, ante las estrechez de las calles y el aprovechamiento de los terrenos para cultivar, las fosas de sus muertos están en plena calle sin más remedio que pasar por encima de ellas para moverte por sus calles. Aquí también me ha llamado la atención que los nombres de las fosas no eran de origen hispánico ya que todos sus habitantes son de origen tribal.

Las tumbas son paso obligado para atravesar el pueblo...


Desde lo más alto del pueblo pudimos ver las terrazas del otro lado


Asi transportan la cosecha hasta el pueblo

A todo ésto, como de ninguna forma esperábamos tener que atravesar estos campos, aparte de sudar la gota gorda subiendo y bajando bancales, nos hemos casi quemado brazos y cuello y es que hoy ha salido un día soleado y caluroso pese a que estábamos a más de 1.000 metros de altura.


Esta vida es realmente durísima..

Esta señora, de más de 80 años, trabajaba en el camino y hemos tenido que pasar tras ella como hemos podido

De vuelta para comer a Bontoc, nos han llevado a un pequeño y sencillo estarán te donde curiosamente tenían varios platos españoles en y nos hemos comido una tortilla de patata y cebolla que francamente no estaba nada mal.

Teníamos que ir a ver alguna aldea más, pero el calor y nuestros cuellos rojos como tomates han recomendado que le pidiéramos al guía que nos llevase a nuestro próximo destino, Banaue, y por el camino ya pararía,os a hacer alguna que otra foto.

Los poco más de 40 kilómetros que separan Bontoc de Banaue transcurren junto al río y rodeados de terrazas de arroz, algunos de los bancales en la misma carretera. Sencillamente espectacular. Las casi dos horas de camino han pasado volando viendo tan impresionantes paisajes. Es curioso que el arroz lo ponen a secar en la carretera y los vehículos se apartan sin ningún problema y es que realmente no hay más sitio para ponerlo... hasta el último hueco de terreno se utiliza para cosechar.

Espectaculares paisajes camino de Banaue

El arroz lo secan de esta forma

Ultimo pueblo entre Bontoc y Banaue

Banaue es la población que tiene las terrazas más famosas, de hecho, en muchos sitios he leído que las terrazas de Ifugao son la Octava Maravilla del Mundo y las de Banaue las más conocidas. Mañana las veremos, aunque nuestra desde nuestra Guesthouse las tenemos a pocos metros.

Así que a mitad tarde nos hemos ido a echar un viztazo al pueblo y de paso comprar cremas que remedien nuestros males. Para subir hasta el centro del pueblo hay que andar unos 10 minutos cuesta arriba, así que a la vuelta hemos utilizado el puente colgante para personas que no ofrece muchas garantías de seguridad...

Vista de Benaue


Se mueve un poquito...

Hemos cenado bastante bien en la Guesthouse y nos hemos planificado los próximos días, reservando un vuelo y un hotel en la isla de Bohol, pero eso ya será pasado mañana

1 comentario:

  1. Con tanto arroz habrás preparado una buena paellita, igual montamos un restaurante valenciano, ¡digo yo que el arroz estará barato!

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