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No habia mucho tiempo, debiamos ir a la estacion de autobuses y viajar hasta el aeropuerto y no sabiamos el tiempo que nos podria llevar, asi que hemos hecho tan sólo un pequeño recorrido hasta una ermita en la que tras subir 160 escalones hemos podido ver un paisaije nublado pero muy bonito. Nos ha llovido un poco en el recorrido en moto pero no nos hemos mojado demasiado.
Después nos han llevado en coche a la estacion de autobuses donde hemos cogido una van para Legazpi. Estas fuegonetas no salen hasta que están llenas por lo que hemos pagado tambien los asientos libres para salir enseguida.
Aunque era poco dinero, bien podriamos haberlo ahorrado... Por dos motivos: El primero porque el conductor era un poco kamikaze y ha adelantado a todo tipo de vehiculos, normalmente por la izquierda... pero no siempre... y en segundo lugar porque el aeropuerto es tan pequeño que desde que llegas hasta que estás en la puerta de embarque sólo han pasado 5 minutos.
Hemos salido con una hora de retraso por congestión del tráfico aéreo. El vuelo ha sido tranquilo teniendo en cuenta la enorme nubosidad que nos ha acompañado todo el camino.
Tras aterrizar, el avión ha aparcado lejos de la terminal por lo que hemos tenido que ir hasta la terminal en jardinera, aunque lo más curioso es que para acceder a ella te entregaban un paraguas en la puerta del avión que recogía un empleado en la puerta del autobús.
Tras aterrizar, el avión ha aparcado lejos de la terminal por lo que hemos tenido que ir hasta la terminal en jardinera, aunque lo más curioso es que para acceder a ella te entregaban un paraguas en la puerta del avión que recogía un empleado en la puerta del autobús.
Hemos conseguido un taxi a través de la aplicación "Grab" que equivale al "Uber" europeo y que funciona muy bien. Los taxis en Filipinas son muy baratos y cruzar media ciudad hasta nuestro hotel sólo nos ha costado 6 euros.
En el hotel lo primero que nos ha chocado a Marta y a mí ha sido la simpatía de la recepcionista del Hotel Casa Bocobo. Siempre son muy amables en este país, pero esta chica era especialmente simpática.
No han pasado ni 10 minutos y ya estábamos de nuevo en la calle, eran las 4 de la tarde y no tenemos demasiado tiempo para ver una ciudad tan inmensa como ésta. El hotel lo había elegido por las críticas en internet pero sobretodo por su situación estratégica para visitar la ciudad antigua de Manila ya que andando no tardas más de 15 minutos en llegar a Intramuros, parte de la historia de nuestro país y en el que por momentos te olvidas de que estás en Asia
No han pasado ni 10 minutos y ya estábamos de nuevo en la calle, eran las 4 de la tarde y no tenemos demasiado tiempo para ver una ciudad tan inmensa como ésta. El hotel lo había elegido por las críticas en internet pero sobretodo por su situación estratégica para visitar la ciudad antigua de Manila ya que andando no tardas más de 15 minutos en llegar a Intramuros, parte de la historia de nuestro país y en el que por momentos te olvidas de que estás en Asia
Atravesando el parque Rizal sin que parara de llover
Hemos llegado a Intramuros con los pies mojados, pero sólo eso y así nos hemos metido en otra cultura
Hemos visitado la Iglesia de San Agustín, la más antigua de Filipinas (aunque creo recordar que en Cebú nos dijeron lo mismo de la suya), junto a ésta está el museo y un convento de Agustinos que datan todos ellos de 1571. La iglesia se ha tenido que reconstruida ya tres veces por los terremotos y el bombardeo de la Segunda Guerra Mundial, aunque no es tanto como las siete veces que ha tenido que ser restaurada la Catedral que se halla a escasos 300 metros de distancia.
Suelos empedrados
Lo cierto es que en la Segunda Guerra Mundial acabó con prácticamente todas las casas coloniales, además luego los chinos también las tiraron abajo para ajustarlas más a sus gustos... ahora los chinos ya viven más al Norte de Intramuros y es que me da la impresión de que en este País no les gustan muchos los mandarines. De hecho nos comentaron que un pueblo cercano a Iriga, cuanto abren un comercio se lo hacen cerrar...a la fuerza...
Aunque ya apenas llueve es un poco latazo ir con paraguas, te incomoda para moverte y hacer fotos pero aún así hemos recorrido lo más importante del interior de las viejas murallas y hemos vuelto de nuevo andando hasta nuestro hotel.
Aunque ya apenas llueve es un poco latazo ir con paraguas, te incomoda para moverte y hacer fotos pero aún así hemos recorrido lo más importante del interior de las viejas murallas y hemos vuelto de nuevo andando hasta nuestro hotel.
A eso de las 19,30 hemos pedido otro taxi para ir hasta Makati, la zona comercial y de negocios de la ciudad. Aunque es de noche ya puedes apreciar que es más parecido a Shanghai o Hong Kong, pero eso es algo que espero comentar en otro momento cuando lo vea a la luz del día.
Rascacielos en el camino de vuelta al hotel, en el Paseo Maritimo... Una sons también espectacular de la ciudad
De momento, el Centro comercial al que hemos ido a cenar tengo que decir que nunca había visto una zona de restauración tan grande ni tan chula... Una verdadera pasada con una oferta bestial.
Desde las 18,00 horas ya no llueve. Mañana queremos levantarnos pronto para aprovechar el día, a ver si nos respeta el tiempo aunque las previsiones no son precisamente optimistas, pero en todo caso tenemos bastantes planes.
Todo muy chulo, me ha encantado el aeropuerto, así deberían ser todos .
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