domingo, 7 de agosto de 2016

7 de Agosto de 2016. Isla de Panglao

Cambiamos de tercio y nos vamos a la playa. Nuestra idea era hacer snorkel en la isla de Balicasag a la que se accede en barco desde la isla de Panglao. Pero no ha podido ser, la situación meteorológica y en particular el fuerte viento han hecho que cancelen los trayectos que se hacen con un barco pequeño con capacidad para unas 10 ó 15 personas. Es una lástima porque los valencianos que conocimos en Benaue nos habían comentado que ellos habían nadado entre enormes tortugas. Nos conformamos pues con la isla de Panglao para la que tan sólo debes cruzar un puente para llegar a ella desde la capital.

Tras desayunar en el Resort hemos salido de allí hacia el puerto de Tagbilarán y hemos sacado los billetes para el ferry rápido de mañana que nos tiene que llevar a Cebú City (la ciudad más importante del país tras Manila) en la isla del mismo nombre,  capital de las Visayas Orientales.

Esto es un poco peligroso, pero es lo habitual en los jeepneys

Es muy complicado sacar un billete de barco... Normalmente todas las ventanillas para pagar son así. Cristales tintados y una ventanita a muy baja altura. Nunca le ves la cara al que te cobra!!

Desde el puerto hemos cogido un triciclo que nos ha llevado hasta Panglao City donde hemos cogido una habitación en la Guesthouse Casa Keja. Pese al nombre, no tenemos nada que objetar, es estupenda.

300 pesos, 6 euros para un trayecto de unos 17 kilómetros 


La isla de Panglao desde el puente que la une a la isla de Bohol

En la misma Guesthouse hemos conocido a una pareja de vascos y otra italiana y hemos decidido compartir el barco para la isla de Balicasag porque les había gustado nuestra idea, así que nos hemos ido en moto hasta Alona Beach, que es la zona más turística de todo Bohol y al llegar nos hemos encontrado con un viento tan fuerte que hacía imposible la salida del barco. Vaya desilusión!!!.

En las palmeras se puede observar el fuerte viento en el Paseo de la playa.

El paseo marítimo de Alona Beach

Marta y yo hemos decidido quedarnos en Alona Beach y el resto ha seguido con sus planes iniciales y hemos quedado que ya nos veríamos esta noche. Alona Beach es pequeño aunque tiene algún Resort importante y prácticamente una sóla calle comercial además del paseo en la playa. Es tranquilo, nada que ver con los grandes centros de ocio de otros sitios, pero nos comentan que hay buen ambiente a partir de la tarde. Además es muy conocida mundialmente por los aficionados al buceo y de hecho está lleno de tiendas y centros de iniciación al buceo.

La arena desierta... A ver quien se mete ahí...

De momento nosotros hemos recorrido la zona y paseado por la playa, donde nadie se bañaba a excepción de algunos locales y es que hoy es Domingo. 

Estos hombres recogían las algas en la playa de un resort... Para tirarlas de nuevo al mar!!


Tras comer en un bar del mismo paseo nos hemos cogido un triciclo par volver a la Guesthouse ya que justo detrás está la playa de Doljo, donde la pareja vasca nos había dicho que había muchas estrellas de mar. Está apenas a 100 metros y aunque ahora no hace viento esta playa no tiene prácticamente a nadie, de nuevo algunos locales disfrutando de una comida en la playa

Calle de acceso a la playa donde esta el parking de motos y triciclos, restaurantes y comercios

Tras andar un poquito por la arena, la verdad es que es una playa preciosa, nos hemos dado un bañito. El agua está bastante caliente y apenas cubre. Yo no he visto ni una sóla estrella de mar, pero Marta si ha visto varias.

La enorme playa de Doljo... casi desierta





Habian muchos barcos fondeados, todos blancos

El baño de Marta!!

El resto de la tarde hemos estado leyendo, escribiendo y reservando los alojamientos de mañana y pasado, porque aunque parezca increíble ya tenemos claro lo que haremos mañana y pasado.

Por la noche nos hemos ido de nuevo a Alona Beach que está tan sólo a 6 kilometros y con el triciclo se llega enseguida por 150 pesos, 3 euros. Hemos arreglado con el conductor la vuelta y nos recogerá mañana por la mañana para llevarnos al puerto de Tagbilarán.

A las 9 de la noche, cuando llegamos, las calles estan llenas de gente, dominan los coreanos y puede que haya chinos también (cualquiera sabe), aunque oyes algun que otro español, francés e italiano.

En el paseo se concentran restaurantes, centros de buceo y bares

Los restaurantes, que sirven casi exclusivamente pescado y marisco a la brasa, ponen ahora sus mesas en la misma arena a no más de 10 metros del 
agua

Tras la cena nos henos vuelto para "casa". Mañana tenemos que madrugar de nuevo.

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